Capítulo
20.
La habitación estaba helada, la noche ya había
caído. Todo estaba en penumbra, pero los rayos que entraban a través del
cristal, decían que la luna estaba en su máximo esplendor. No como yo... ese
era mi pensamiento hasta que el frío fue desapareciendo poco a poco.
A
medida que su boca recorría mi cuerpo, el frío de la noche iba abandonando mi
cuerpo. Su acalorada pasión encendió en mí, los recuerdos y a la vez las
torturas en mi mente.
Mientras
mi mente luchaba por liberarme de los miedos, mi cuerpo empezó a ceder a su
enloquecido deseo.
Hambrienta
de algo, de caricias o de no se que... sus labios en mi cuerpo consiguieron
llenar ese inmenso vacío que habitaba en mi.
Cerré
los ojos, tan solo quería sentir y sentirme viva. Sentirme viva no por el
miedo, sino viva por el placer.
Me
dejaba llevar, tan solo jadeaba de placer, era verdadero placer, no era fingido
para mantenerlo contento. En el fondo, me gustaba, me sentía atraída por él. Su
virilidad encendía mi deseo... siempre me había gustado los hombres como él,
altos, fuertes. Viriles.. ummm!!!!
Ojala,
nos hubiéramos conocido en otras circunstancias... Pero aun en el aquí y ahora,
me hacía sentirme mujer, deseada... algo olvidado, ¡¡hace ya tanto tiempo, de
esa sensación!!
Acallé
el murmullo de mi mente y tan solo disfruté... además, ¿que más podía hacer
estando herida en un hombro?..
Capítulo 21.
Sentí como la sangre circulaba por mi cuerpo y esa
sangre, esa sangre caliente transmitía a Paola mi calor.
Ella cerraba los ojos pero aseguraría que mi calor
humano no le era desagradable aunque tampoco mostraba signos de excitación, mas
bien era una cauta y tensa incertidumbre sobre mis actos.
Mis manos avanzaban por su cuerpo, nerviosas, pero
firmes. Apretaban aquel enjuto cuerpo ansiosas mientras seguía deshaciendo las
ropas que cubrían su cuerpo ya por aquel entonces medio desnudo.
Tenía sus pechos al descubierto, su vientre y
quitaba como podía sus pantalones y bragas.................. Desnuda de cintura
para abajo pero son la parte de arriba de sus ropas abiertas, me incorporé para
deshacerme de las mías........
Liberado de las prendas que retenían mi sexo, me
acerque a ella y la volví a besar........... fue un beso de pregunta en espera
de su aprobación, ya no eran sólo mis labios, mi lengua interrogo su lengua
y.................. su lengua asintió, tímida.......... casi un leve roce.....
pero consintió que entrara allí.
Mi mente imaginaba mil y un formas de hacerle el
amor, pero tanto tiempo sin contacto con un cuerpo de mujer hizo que
instintivamente mi miembro se acercase a su sexo y rozase su abertura humedeciéndola
al tiempo que palpitaba deseosa de entrar.
Pero había perdido la costumbre, estaba como
perdido y no acertaba sin la ayuda de una mano. Pero mis manos sostenían mi cuerpo
erguido de cintura para arriba sobre el suyo. Y surgió otra
mano................ era la suya......... la mano no herida, una mano que me
acaricio el miembro y me indicó el camino, un camino que inicié
despacio.............. y una voz.......... su voz........... que me dijo - no
me hagas daño por favor -
Aquel gesto me conmovió y mi boca volvió a su boca
con frenesí mientras la penetraba despacio suavemente, abriendo aquella
gruta que el tiempo cerrado. Tan cerrada estaba que sentí como su boca se apretaba
a contra la mía, al punto de morder mis labios al sentir el inicial dolor que
le provoca mi entrada.
Calor, calida humedad, una excitación ya casi
olvidada me hacia frotar mi pubis contra su sexo casi con dureza al tiempo que
unos leves y guturales quejidos salían de su boca cubierta por la mía.
Pero iba cambiando................ cada avance mío
era mas suave aunque firme y su cuerpo reaccionaba con calor y
humedad..............
Su boca abandonó la mía porque necesitaba respirar
y cada vez respiraba más y más fuerte............
Su mano se acomodo en mi espalda a la altura de la
curva de mi cintura. Una curva tensa y ya sudorosa............. estaba a punto,
pero quería aguantar............. quería esperarla y aflojaba el ritmo pero no
la presión. Mi pubis presionaba y frotaba su sexo describiendo pequeños círculos
mientras su mano apretaba mi cuerpo.........
Comenzaron las convulsiones de su sexo entorno al mío,
sus piernas me apretaban y su cuello se estiraba en toda su extensión como
signo inequívoco de que estaba alcanzando el éxtasis que yo esperaba y quería
compartir............ así que "apreté el paso" y mientras ella
estibaba su cuello hacia atrás mi cabeza por contra recogía la barbilla contra
el pecho y mi aliento congelado por el frío de la estancia, caía sobre su
cuello como la niebla en una mañana de invierno hasta que la pettite mort nos
envolvió a los dos.
Esa si era un deseable forma de
morir.............. no me hubiera importado morir así, en manos de mi
enemigo................. caí fulminado, agotado, exhausto sobre su cara y su
cuerpo.
Sentía como estaba en su interior, húmedo y
apretado, comprimido por su sexo y sus piernas.............. casi no podía
creer aquella delirante situación. La abracé. La abracé como si fuera mía, como
si lo hubiese sido siempre, como si el mundo no existiese a nuestro alrededor más
allá del borde de nuestra cama..........
La excitación cedía.......... mi miembro se encogía
y el frío infinito recuperaba su espacio y nos devolvía a la realidad............
-dios mío Paola.............. que vamos a hacer
ahora?- le pregunte como perdido, desorientado........... mientras me abrazaba
a ella disimulando el escalofrío que me sobrecogió cuando aquella dura realidad
volvió a mí como la onda expansiva de las bombas a las minutos antes habíamos
sobrevivido.....................................
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