20 diciembre 2012

La Prisionera - Capítulo FINAL





ÉSTA SEMANA EL CAPÍTULO FINAL DE 
"LA PRISIONERA"






Capítulo 22.

Miré a mi alrededor, había que salir de allí. La casa estaba deshecha por el último bombardeo. El polvo blanco cubría todo, los muebles, la ropa, incluso la beretta que yacía en la mesilla de noche estaba cubierta por el polvo de la escayola desprendida del techo. Este parecía ocultar su mortífero poder bajo aquel camuflaje blanco.
En el pasillo todavía debía estar el cuerpo del panadero, otro problema, más bien problemón que solucionar.
Tenía la esperanza de que todo hubiera sido un sueño, un mal sueño y que la única realidad fuese Paola. Pero no, allí estaba el cuerpo sobre un charco de sangre que cubría casi la mitad del pasillo.
Ella tenía razón, debíamos irnos de allí........... ya veríamos como salir de aquello.
Renunciaría a mi ejército, abandonaría mi furtiva profesión y trataríamos de empezar de nuevo...
Entré en la habitación, ella ya se había despejado y le dije, - vámonos Paola, pongámonos en marcha, tenemos que salir de aquí......-
Giré hacia la cómoda había en frente de la cama. Una cómoda de estas altas con cajones de madera oscura y toda cubierta por el polvillo que teñía todo de blanco. Mi cabeza pensaba en qué era lo mas imprescindible para llevar, imágenes de ropa, armamento, comida, iban formando el catálogo de accesorios que debían componer nuestro equipaje, y entre ellos otra imagen,............ la silueta oscura de una pistola en una mesilla de noche blanca........
Qué querría decir aquello............ BLANKK.......... sonó por toda habitación un fuerte estampido.
Me quedé paralizado, aturdido........... la cómoda estaba salpicada de manchas rojas sobre el polvo blanco y la pared parecía haber recibido un impacto de bala.
El zumbido en mis oídos se tornaba en silencio y mientras trataba se comprender la situación una sensación de mareo me hacia perder el equilibrio. Lentamente me iba desplomando hacia un vacío insonoro que acababa con mi cara pegada al frío suelo.
No podía moverme y veía borroso............ creí ver los pies de Paola pasar cerca de mi, detenerse un momento y caer la beretta delante de mi cara mientras un hilillo de humo blanco salía de su cañón.
Una transición como un fundido en negro y al segundo volví a sentir el frío y oscuro amanecer en Sarajevo, en la arruinada ventana de un edificio en ruinas ante la mira telescópica de un Dragunov que apenas me permitía ver.............. mi destino.
fin

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