06 diciembre 2012

La Prisionera - Cap. 18 y 19





Capítulo 18.

Todo había pasado tan deprisa que no sabía muy bien si llorar, gritar o que.Pero lo que no entendía era la actitud de Kyril, bueno si la entendía... pero la situación es difícil. Yo también había bajado la guardia no podía permitir eso. Tenia que pensar con claridad y rápidamente.

Levante la cabeza lentamente su beretta aun rozaba mi sien, estaba cansada realmente cansada el día ya había desaparecido, debía intentar suavizar la situación o acabar realmente con esta mierda, y que me mate, quería descansar esa noche o para siempre.

Ya no podía mas, pero saqué fuerzas, no se donde. Mis ojos buscaron los suyos. Cuando lo miré, no vi en el, el hombre que yo conocía, en sus ojos habitaba un desconocido, eso era peligroso.Intente que no percibiera mi nerviosismo y mirando a los ojos le dije:
  • Kyril, debemos acabar con esta situación. No se quien era el que te ha llamado. He oído voces, carcajadas. Sino quieres decirme lo que ha pasado, lo entenderé. Tal vez cuanto menos sepamos el uno del otro mejor. Creo imaginar algo, tu ropa manchada de sangre delata la situación vivida. Pero no me tengas así, o me matas o déjame ir. Así, podrás hacer tu vida y yo intentare marchar de este infierno.

El me miraba sin decir palabra. Estaba ausente, pero si noté que en sus ojos ya no había sed de sangre.Una idea algo absurda me pasó por la mente, pero ante una situación así, una medida desesperada.Alcé la voz y con energía le dije:

-Huye conmigo, abandona este tu país, pero que ahora es un cementerio viviente. 

Ven conmigo a mi país. Siempre podrás volver cuando todo haya acabado, pero volver vivo, no morir aquí por el.

El silencio se hizo entre nosotros. El bajó el arma y como un títere se dejó caer al suelo acurrucando sus piernas entre sus brazos.

Capítulo 19.

Agotado por la tensión, exhausto por la falta de sueño y descanso, permanecí unos instantes en el suelo, recogido entre mis rodillas, quería desaparecer, abrir los ojos y que nada de esto hubiese pasado. Imagine que era el Kyril de antes de la guerra, el "matalobos" hijo de un pastor de ovejas, imagine que el cielo era claro y los campos verdes y soleados................

Pero una mano se posó sobre mi cuerpo, era ella, que decía; Kyril, Kyril...........

Se había levantado de la cama y me tocaba la espalda, seguía ahí y todo esto era real, era frío, era gris, era triste................. levante mi cabeza y vi su cara, vi una mujer, vi compasión, vi dulzura, vi ..... vi.......... creí ver........... ............ y cogiendo su cabeza con mi mano aun nerviosa pero firme acerque su cara a mi cara y la besé.

Su boca recibió mi beso sorpresa, mis labios apenas se abrieron para envolver los suyos y fue ella quien sin gestos bruscos ni sobresaltos, lentamente abrió su boca y correspondió a mi beso.

Apenas podía abrazarme con aquel único brazo útil que tenía y lo utilizaba para mantener el equilibrio sobre el suelo, cerca de mí.

Me incorporé y la besé de nuevo, pero este beso era diferente, era un beso arrollador, mi boca comía literalmente su cara y mis brazos la cogían en volandas llevándola a la cama. Mi mano en su cara la recorría la palpaba, la cogía, la apretaba, mi otro brazo y mi mano soltaban sus botones de la camisa que aun cubría su cuerpo mientra a medida que avanzaba su desnudez mi boca iba ganado el terreno descubierto y se la comía a besos y pequeños mordiscos, mientras ella respiraba mas rápido y mas intensamente a medida que mi boca se acercaba a su pecho.

Sus pechos se habían liberado, una piel clara y unos oscuros pezones se dejaban ver después de mucho tiempo.............

No hubo descanso, mi boca los succionaba incesantemente, de uno a otro, mi lengua describía círculos sobre sus aureolas mientras estaban en mi boca, mientras podía sentir su dureza su tensión y excitación que aumentaba la mía y me hacia enloquecer............




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