01 noviembre 2012

La Prisionera - Cap. 6







Capítulo 6

Ya no recordaba apenas lo que era comer, mi cuerpo se había acostumbrado cada vez a comer menos, bueno al final te das cuenta que uno se acostumbra a todo o a casi todo.
Reconozco, por lo menos que de hambre no me matará.. jajajaa.. pensó Paola, casi siempre le ponia ironia a la vida, y mas desde que estaba en aquel pais..
Hacia dias, que apenas se atrevia a mirarse en el espejo, porque la falta de comida le habia echo quedarse en los huesos.. ¡¡¡y antes preocupada por la dietas!!! no es que le sobrara mucho.. pero siempre habia algo que le hacia pelearse con la bascula.
Ahora todo aquello, se habia convertido en fruslerias. Sobrevivir era lo importante.

Subio su mirada hacia la mesa, esta vez no queria guerra, tan solo queria probar algo caliente. Ver aquel vaso humeante le hacia olvidar donde estaba.

Sus largos y delgados dedos cogieron con delicadeza aquel pedazo de pan.
Ummmm. .parecia rico, penso ella. Su naturalidad afloro, dejando en un rincon de su mente, a aquel extraño hombre que la tenia secuestrada.
Tan solo queria comer.

Aquella actitud no pasó desapercibida por Kyril, de rehojo... la miró, no queria asustarla, tan solo queria estar tranquilo un rato y llevarse al estomago algo caliente.
En aquellos momentos, ambos se olvidaron de la situación, y llenaron sus cuerpos, de todo lo que tenían ante sus ojos, para sentir calor, ese calor que te hace, seguir viviendo, para sentirse vivos.

Las tazas de café desaparecieron rapidamente, el vació y la desnudez de aquella mesa hizo subir la tensión.

Paola, decidio seguir con su plan. Carraspeo, para llamar la atencion de el.
Sus ojos se encontraron, la mirada de Paola era dura pero no amenzante, simplemente queria borrar la tensión exitente entre los dos.
Tampoco de momento consideraba adecuado, darles mas pistas a ese hombre, hasta que pudiera averiguar mas de el, hasta que pudiera comprobar su comportamiento, sus puntos debiles...
Y con los gestos de sus manos y su voz, le quiso hacer entender que ella se llamaba Paola.. pero con un pobre idioma Servo-croata.
Kyril prestaba atención a todo lo que ella hacia.. pero el problema era, que esa mujer lo tenia descolado.
E intentando imitar las palabras que ella decia, el dijo:
·         Asi que te llamabas.. Pa...la
Ella le insistio, y haciendo silencios entre las letras dijo; P A O L A
No sabia que decir, parecia que ella queria tener contacto, bueno pensandolo bien, no pierdo nada por decirle mi nombre, talvez eso haga que esta reclusión no sea tan tensa. Que este infierno que nos toca vivir, sea más llevadero.
Paola, percibió en Kyril, un punto de relajación, eso le hizo sentirse mas tranquila, mas confiada para urdir su plan.

Kyril, seguía dudando entre decirle su nombre o no.
Joder!!!- que complicado era todo, penso para el.
Si se lo digo, puedo ganarme su confianza, pero sera bueno???
Y si no se lo digo seguirá mirandome asi, intimidandome asi??, en los campamentos no le habian enseñado a lidiar con una prisionero, y menos con una mujer, era inexperto en estos temas y eso le ponia nervioso.
Tantas preguntas agolpandose en su cabeza, lo aturdieron un poco.
Su mano se agarró a la mesa para no caerse, la cabeza le empezó a dar vueltas y por unos instantes sintió marearse..

A dos escasos metros de el, se encontraba Paola, expectante ante lo que estaba viendo.
La vida la habia enseñado a contenerse y saber esperar, para todo hay tiempo, tan solo hay que reconocer cuando es el momento.. ella no articulo palabra y cuando el cerró los ojos.. una idea se le pasó por la cabeza y tal lo pensó, actuó.

Su mirada se volvió compasiva, y viendo a Kyril que se iba a desmayar, ella se levantó y se dirigió hacia el, y colocandose por detrás de el, para evitar que se cayera, agilmente visualizó la silla que tenia a su lado. Agarró a Kyril por los sobacos arrastrandolo a la silla, consiguiendo que se sentara.

Kyril no salía de su asombro, estaba alli, aquella brava mujer, no habia escapado, tan solo le habia ayudado a no caerse.
Su actitud lo descolocó.
Allí estaba ella de cuclillas delanta de el, sin decir nada pero sin perderle de vista.
Sus miradas se buscaron y mantiendo los ojos el uno en el otro estuvieron asi unos segundos, una eternidad buscando una respuesta en el otro...
Una respuesta a toda esa situación que les habia llevado alli, a ese instante desconcertante en el que se preguntaban atraves de las miradas. Pero sus cuerpos estaban quietos, sus manos inertes, ninguno de los dos se movió en ese instante.
Cuando Paola comprobó que Kyril estaba bien se levantó y ante la mirada atónita de el, se volvió a sentar en su silla, como si fuera una cosa habitual.

El silencio, fiel compañero de ambos, se aposento unos intantes en aquel cuarto, hasta que el se levanto de la silla, y como si nada hubiera pasado y sin hacer ningun comentario de lo ocurrido, agarró los 2 vasos que aun estaba en la mesa, dejandola recogida, aun quedaban cuatro migas esparcidas por la mesa, como signo, de que alli antes, había habido vida.
Dejó los vasos en la fregadera.

Se dirigió a su prisionera y mirandola a los ojos le dijo:
·         Aunque has tenido la opotunidad de escapar y no lo has echo, mi obligación es atarte, no se aun si puedo confiar, pero recuerda estamos en guerra.
Y sin decir nada mas, y en el mas frío silencio la ato de nuevo a la silla.
Se levanto, no dijo nada, su mente era un hervidero de preguntas y miles de dudas.
Se dirigió hacia la puerta de la cocina, la abrió y se fue.

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