04 abril 2013

El Gigolo



ESTA SEMANA OS DEJAMOS EL RELATO DE UNO DE NUESTROS SEGUIDORES....





El GIGOLO


…..Por fín llegó el viernes, y después de una dura semana, tocaba tomar café con mis dos amigas Susana y Julia en una cafetería cercana al trabajo, yo hacía 6 meses que me separé, y aunque lo llevo bien, mi vida no es precisamente intensa e interesante, Susana siempre me anima que salga más y sociabilice, pero no es tan fácil como parece, por lo menos para mí….
Se nota que es primavera y bien cierto es, la gente anda más alegre y se rezuma fiesta, bueno…y yo creo que también voy más cachonda, llevo tres meses sin follar y las dos relaciones que tuve, fueron nefastas, y mis orgasmos brillaron por su ausencia.
Eran casi las 7 de la tarde y hemos hablado de todo, menos de política, y por supuesto terminamos hablandode sexo, y aunque siempre contamos cada una de nuestras fantasías, salió una que no habíamos deparado en ella, hacerlo con un Gigolo, y si es como Richard Gere en el film “American Gigolo”….-uffff, sería genial- , Julia decía que nunca pagaría por un hombre, pero que resultaría morboso (eso pensé yo….muy morboso…) y Susana dijo que se abría a nuevas experiencias, le doy la razón….se abre a todo lo que se “mueve”…
Tras despedirnos, cogí  el bus para dirigirme a casa, y en mi cabeza rondaba la idea del Gigolo, cada vez imaginaba como sería la experiencia y mis muslos se friccionaban de lo excitante que podría ser. Al llegar a casa, no tenía ganas de cenar, y opté por coger una manzana, sentarme en mi sofá y poner la TV, la verdad es que la programación no era interesante…y me quedé dormida sin darme cuenta, hasta el día siguiente….

Entre las lamas de la persiana entraba el primer rayo de sol del día, apuntando hacia mis fríos pies, decidí levantarme y ducharme, mientras lo hacía, lo primero que vino a mi mente fue el Gigolo, se convirtió en una obsesión excitante y en mi pubis se concentró un calor inusual….mis manos buscaban placer en el aire y encontraron mi piel mojada en esa ducha tan placentera….
Esa ducha refrescó mi cuerpo y mi mente, y decidí sin pudor a cumplir tal fantasía, conecté mi PC y me puse a buscar en Internet, “chicos de compañía”, tras casi dos horas navegando, encontré una agencia que inspiraba seriedad. Sin más preámbulos, tomé nota del número de teléfono, y llamé, solo el hecho de llamar me resultó excitante….-¿dígame?- una voz femenina estaba al otro lado de la línea, su seriedad y educación aún me inspiró confianza…me dijo que era todo muy discreto y que los caballeros al margen de ser muy atractivos, eran muy educados y gentiles. Tras formalizar el perfil de hombre que deseaba y forma de pago, al colgar el teléfono me entró  un “tembleque” de excitación y nervios….a las 22:00 horas se plantaría el “amigo” en mi casa.

Para tal encuentro decidí ir de compras, quería lencería fina para sentirme “sexy” y me compré un conjunto negro con su respectivo liguero y un camisón negro transparente de seda, me faltaban los zapatos, y como no…zapato negro de tacón de aguja. Este era mi día y me fui a comer a un restaurante japonés que era el mejor de la ciudad, su “sushi” era exquisito y me sentó genial tales manjares….puse rumbo a casa, eran casi las 5 de la tarde, y una vez que dejé caer las bolsas al pie de la cama, me dispuse a ducharme de nuevo y empezar el ritual de cremas corporales y cosmética …aunque tenga casi 40 años, mi piel blanca y suave es agradecida, además puedo presumir de unas bonitas piernas y trasero…tras impregnar cada rincón de mi cuerpo con crema, pasé a pintarme los labios de un rojo cereza que me favorecía, y finalmente la lencería, me la puse…me veía poderosa…femenina y muy potente delante de ese espejo, al tiempo que me recreaba mirándome, sonó el timbre de la puerta, ¿quién será?- me pregunté.

No esperaba a nadie por la tarde, y me acerqué a la mirilla de la puerta. -¡ no puede ser! exclamé…detrás de esa puerta estaba él y por un momento se me corto la respiración, -¡si me dijeron que llegaría a las 10!, eran las 7 de la tarde pasadas, pero cogí aire y lentamente abrí la puerta asomando mi cabeza. –Pasa…, le dije, entró y cerré la puerta de inmediato, y ahí estaba enfrente mío, un hombre alto de más de 1.80, de tez morena, pelo negro y ojos color “miel”, y su cuerpo vislumbraba atlético….con un tejano, americana negra y camisa blanca que contrastaba con su piel morena,-mmmm…interesante…pensé yo. Se dispuso hablarme, pero yo quise tomar la iniciativa y puse uno de mis dedos en sus labios carnosos sin dejar de mirarle, una mirada lasciva y sensual que desbordaba a la suya sorprendida….mientras deslizaba mi dedo por su barbilla, mi otra mano rodeaba su cuello por detrás, y levemente empujaba su cabeza hacia la mía, nuestros labios entreabiertos dieron paso a nuestras lenguas entrelazadas en un sinfín de placer…sus manos delicadas abrazaban mis caderas de una manera contundente, mientras las mias dejaban caer su americana y desabrochaban su camisa…su torso era perfecto, definido…y olia muy bién, mi excitación era brutal y me congratulaba saber que él lo estaba, teniendo encuenta el volumen de su entrepierna y respiración agitada, le cogí la mano y nos dirigimos a mi habitación, una vez allí, le invité a quitarse el pantalón sin dejar de besarnos y delante de mí se quedó solo con su “bóxer”, mis
labios y lengua se deslizaban lentamente por su cuello y pecho, hasta llegar a su entrepierna, deslicé su “bóxer” despacio hacia abajo hasta que su enorme miembro asomaba poderoso, con un brillo especial en la punta, mi mano la acarició con mimo y no dudé en empezar a lamerla e impregnarla de mi saliva, sus gemidos se aceleraban y sus manos acariciaban con mimo mi pelo, pasó un rato hasta que me levanté, y me dejé caer en mi lecho esperando como una gata en celo, él se abalanzó encima mio, sus manos y boca paladeaban y tocaban cada poro de mi piel, me estremecía constantemente, nunca sentí tal sensación en mi vida, mientras, su dedo“corazón” tocaba mi clítoris con una sutileza propia de un gran amante, yo me mordisqueaba mi labio inferior sin parar, -¡qué bueno….! exclamé susurrando…, no podía más…le rogué..supliqué..que me follara…me dio la vuelta y me puso a cuatro patas, sus manos se apoyaron entre mis caderas y con una sutil penetración, notaba como me atravesaba su dura polla, sentía como sus venas palpitaban dentro de mí, y con sus movimientos pausados que hasta el mejor bailarín de salsa firmaría para su coreografia…tras dos horas de buen sexo, me sentí como si estuviera en el cielo, me sentía invadida de flujos y humedades, y por supuesto de satisfacción.
Relajados ya en la cama, él me comentó….-Bueno…me llamo Germán, tu nuevo vecino, ¿siempre recibes así a los que llegan a esta comunidad?, me dijo con media sonrisa…-¿Cómo?, no entiendo nada…pero tú…no eres…dije confundida, mientras yo exclamaba, sonó el timbre de la puerta, efectivamente, eran las 10 de la noche, y era él….el Gigolo…

Autor: Salsedu

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