11 octubre 2012

La Prisionera - Cap.3




3.
Volvia a amanecer en Sarajevo. Como casi todas las noches el ejercito serbio "daba las horas", esta era una estrategia de desmoralización de la poblacion que consistia en a las en punto y a las medias lanzar unos proyectiles desde los atp (artilleria autopropulsada) que circumvalada y asediaba la ciudad. Eran tres o cuatro explosiones al azahar que causaban el pánico e impedian conciliar el sueño pensando si quizas la siguiente te podia caer a tí.
Pero aquella noche Kyril y Paola no se habian despertado en toda la noche, ni las tremendas explosiones lejanas conseguian apartarlos del dios del sueño. Eran las ocho treinta de la mañana y llovia a cantaros, parecia como si se hubiesen dejado los grifos abiertos en el cielo. Quizas la lluvia habia amortiguado el sonido de los proyectiles y su constante salpicoteo en los cristales habia creado el ambiente propicio para el sueño.
Lentamente Kyril abrio los ojos, tenia los parpados pegados, el frio tenia aterido su cuerpo y un fuerte dolor de cuello y espalda le hacia recuperar la postura despacio. Por un momento pensó que todo habia sido un sueño, quizas una botella de mas de cerveza le habia hecho imaginar todo aquello.................. pero no. No Ella estaba allí, a su izquierda en frente, su cabeza caia y el pelo cubria su rostro.
Quien coño era aquella mujer. No parecia bosnia, ni crota, ni tan siquiera serbia. Y en que idioma hablaba............... bueno aunque ya sabia algo, si, muda no era, el primer bufido que me pegó, algo asi como "mufoo" casi me deja sordo y de poco la casco del susto.
Apoye la mano para levantarme y ....................... ostiaaaaaaaaa.............. me dolia..................... claro ya no recordaba el corte que me habia propinado con el cuchillo de cocina............
Debia limpiarmelo y comer algo, pero no podia pasarme la vida con una mujer atada a una silla, en breve despertaría y posiblemente en la siguiente oportunidad mi brazo no sea capaz de retener sus cuchilladas y acaben en mi cuello......................... ademas que iba a hacer yo con una mujer allí............ En mi cabeza resonaban las palabras del tendero "follatela y deshazte de ella". Pero yo no era capaz de acabar con su vida sino estaba a quinientos metros de distancia y en mi visor telescopico sólo sea una sombra, una silueta, una desconocida............... ya no era una desconocida, habia tocado su cuerpo, habia sentido su calor, su olor, incluso su ira.................... ya no era una desconocida.
Me levanté despacio y salí de la cocina como la podia tener controlada, la casa en si, era una celda. La salida del garaje estaba tapiada por ladrillos, el dormitorio y el baño no tenian ventanas, estabamos en unos bajos semienterrados, sólo la cocina tenia un ventanuco rectangular en la parte superior con los cristales rotos que debia arreglar y que nunca sacaba tiempo ni encontraba materiales. Me dirigí al garaje sin meter ruido y busque algo que me sirviera algo para cerrar la ventana. Tambien debia encontrar algo para limitar sus movimientos pero sin tener que tener atada a la silla. Encontre unas tablas de madera, una cadena y unos gruesos alambres. Cogí un alicate, y la cadena y me dirigí a la cocina de nuevo. Antes de entrar miré de reojillo y se habia despertado, ergia el cuello como un avestruz intentando comprender su situación pero seguia sin decir ni pio.
Entré me arrodille delante de su tobillo y pasé la cadena por su contorno. Era fino y huesudo, con el alambre fijé dos eslavones y con el alicate retorcí el alambre grueso y corté el sobrante. Habia fabricado un grillete casero. El otro extremo de la cadena lo sujeté a un radiador de hierro haciendo tambien un grillete con el alambre. Previamente habia calculado la distancia precisa para que pudiera ir al cuarto de baño que estaba enfrentado a la cocina.
Acabada la maniobra, fui de nuevo al garaje y traje las tablas, un martillo y clavos, y en muy poco tenia tapiada de madera la ventana que dejaba unas pequeñas rendijas en sus uniones imperfectas.
Abrir los cajones de la cocina y retire todo aquello con lo que me pudiera hacer "pupa" echandolo a la caja de herramientas y llevando al garaje de nuevo lejos de su alcance. Ya habia demostrado que era hábil dando cuchillazos y no tenia ganas de probar los tenedorazos ni nada que acabara en "azos". Así que retiré hasta las cucharillas de café, que esta era capaz de metermelas por algún sitio innoble.
Volví despacito, alli seguia, inmovil............. claro no la habia soltado.......... pero no, no movia un musculo la tia.
Me acerque a ella y le susurré
-- mira, no se si me entiendes, pero si te suelto y no te pones como loca, comemos algo los dos, preparo algo valé.........
no contesto ................ miré hacia los lados como comprobación de que no habia nada peligroso y entonces me percaté.............. mi pistola seguia en el suelo ..................... yo mismo se la habia empujado y no la habia cogido....................... habia tenido la oportunidad para acabar conmigo y no lo habia hecho.......................... era imposible que no la hubiese visto antes de que la hubiera atado ayer........................... aquello lo cambio todo.
Recogí la pistola, abrí el cerrojo quite el cargador y la solté.

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