Capítulo 14.
¡Había pasado todo tan
deprisa!, que apenas tuve tiempo para pensar, para reaccionar.
Pero estando allí en la cama
atada...mi mente volvió a la lucha interna.
¿Debía tener sexo con el?, o
mejor dicho ¿podía tener sexo con el hombre que me había querido matar?
Desde luego así en esa situación
no... mi mente, puso en guardia a mi cuerpo y todo el reaccionó.
Se tensó de nuevo cada músculo de
el, sin dejar ninguno.
Su peso encima de mi, hacía
zozobrar todas mis teorías... no era consentimiento, pero tampoco quería que
supiera que deseaba esa satisfacción... pero si se trata de una satisfacción,
esa era la peor forma...
No tenía libres mis brazos, ni
mis piernas...no podía tocarlo ni besar su cuerpo... cosas a mi me encantaban...
pero el me lo estaba negando y yo lo deseaba.
Sus labios en mi cuello... ummm!!
Sentirlo tan cerca hacía que cada teoría que formulaba contra el... se
derrumbara...
Sentir su ansia...y a la vez su
dulzura... sus manos deslizando poco a poco los botones de mi blusa y su mirada...
su mirada clavada en mi...
¿Deseaba que dijera algo?,
¿deseaba alguna reacción?..
No sabía exactamente que hacer...
esta situación es nueva para mí...
¡¡Hacía tanto tiempo que no sentía
ese placer!! tanto como dos años... dos largos años sin mi marido.. y desde que
el se fue y la puñetera guerra... no había tenido posibilidad de volver a
sentir...
De nuevo, mi mente me decía... ¡¡¡habla!!
¡¡di algo!!
Y mientras su boca y su lengua recorría
mis tetas... la teoría de hablar, de decirle algo cobraba cada vez más fuerza.
Su lengua, me lamía como si fuera
yo a desaparecer... con ansia. Era como un niño cuando tiene su caramelo que
tanto había deseado. La humedad de su lengua en mi piel, me hizo estremecer. Mi
cuerpo se arqueo, del placer desdeñado, pero deseado.
Mi reacción hizo que el se
detuviera, mi miró de nuevo. No se que quería ver y como si alguien hablara por
mí, dije:
-Así, no... ¡Por favor, suéltame!...
prometo no escapar... ¡pero suéltame los brazos!, mi voz era entrecortada pero
firme...
El me miró... y sus ojos se
clavaron en los míos......
Capítulo 15
¡ Suéltame ! - dijo -, aquello me dejo sorprendido. Su cuerpo
estaba tenso y aquello me excitaba aún mas, pero soltarla........?..........confiar
en ella....?
Porque no. El día anterior tuvo la oportunidad de dispararme
cuando arrojé la beretta al suelo y no lo hizo.......... tampoco ha
intentado morderme ni nada parecido................. quién es este alma en
pena que he abatido por error..?
Aquellos pensamientos detuvieron en seco mi excitación y un
sentimiento de vergüenza me hizo estremecer. Cubrí de nuevo su cuerpo, me
incorporé y me subí el pantalón aunque sin abrochar.
Sentado en el lateral de la cama la miré, aquella cara pasó de
inspirarme excitación a darme ternura.
No se si debo, pero te voy a soltar. - le dije y continué - Si te
sirve de consuelo, yo no soy así, es esta puta guerra que me ha hecho
perder el sentido de lo que está bien y lo que está mal.
Solté la mano que tenía mas cerca, la derecha, que era su brazo
herido y reposé su brazo sobre el pecho. Para soltar la otra tuve que
apoyarme sobre su cuerpo y mientras soltaba su mano mas alejada mi cara
quedaba cerca de la suya. - Y le dije - Lo siento, como te llamas, que no
sé ni tu nombre aún, y no sé si quiero saberlo, porque cuando lo sepa ya no
serás una desconocida para mi, no serás un alma que vagabundea entre escombros
delante de mi mira telescópica............. que voy a hacer
contigo.........y la solté.
16.
Carraspee, porque quería
hablar, realmente eso es lo que quería, que me soltara, pero tenía tan
pocas esperanzas de que lo hiciera, que su acción me sorprendió.
El sonido que salio de mi
garganta le hizo volverse, y cuando lo tuve frente a mí, por fin y casi sin
miedo, me atreví a hablar con cierta normalidad.
Su mirada era desconcertante
así como su expresión. Al notar sus ojos en mi, le dije:
- Acuérdate que mi nombre es Paola, ya te lo dije ayer, pero veo
que tu locura te ha hecho olvidar rápidamente. Sé que es difícil de
pronunciar para ti, porque mi nombre no es servio, yo no soy servia.
Él porque, yo estoy aquí, aguantar esta guerra es largo de contar.
Mientras yo iba hablando
lentamente en su idioma para que pudiera entenderme, su expresión era cada
vez mas extraña, parecía no comprender nada, pero yo seguí hablando y para
darle un voto de confianza, apoye mi mano derecha en su pierna.
- Se hablar tu idioma porque llevo viviendo en tu país más de 2
años. Y cuando empezó la guerra no tuve fuerzas para abandonar este
país que en su día me enamoró.
Yo aun estaba tumbada en la
cama, y el sentado a mi lado. No quería moverme por miedo y porque no
quería que pensara que era una estrategia para marcharme.
Poco a poco noté como su
expresión, cambió. No sé bien si confiaba en mi, pero si noté que estaba
mas relajado.
- Creo que realmente no quieres conocer mi nombre, porque estamos
en guerra y no quieres familiaridades, pero ten en cuenta una cosa, no
soy una espía, soy de los vuestros y estoy en tu bando. No quiero
saber tampoco a quien querías matar, supongo o bien que eres un
mercenario o un francotirador. Solo te pido que no me mates, si yo he
sido tu error... lo siento... pero yo no tengo la culpa.
El no dejaba de mirarme,
mientras yo le solté todo aquel discurso, ya que estaba allí, ¿qué mas me
podía pasar? , Así que decidí continuar hasta que el se cansará o yo me
desahogara.
- Bueno te voy a repetir, mi nombre por si te apetece llamarme por
mi nombre.
Me quede callada por un
instante, y le dije:
Y tras decir eso, un golpe se
volvió a oír en la puerta como si alguien estuviera llamando. Después del
segundo toque una voz masculina se oyó:
-¿ Kyril, estas ahí?, Abre
venga tío tengo algo importante... ¿aun estas con la furcia esa?..
jaaaajajajajaajaaa...
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