1.
Una vez más subía en el ascensor hacia su casa. Y una vez más me ajustaba
el nudo de la corbata para centrarlo en aquellos cuellos de camisa de corte
abierto.
No eran muchos pisos pero los suficientes para que mi cabeza recordase todo
lo que había pasado en aquella semana y pico que hacía que no la veía.
Estaba malhumorado, en nuestro último encuentro me comentó algo que me
jodió.
Que si me apetecería hacer un intercambio de pareja, - no te jode -,
un intercambio de pareja……. Joder, lo haría con la mejor de las intenciones, lo
haría por mí, pero me tocó los cojones…. y ….. la moral.
Llevábamos unos años siendo, amantes, pero sobretodo amigos y cómplices. ¿
A qué venia esto.?
¿Es que no se lo hacía bien? Porque vamos, yo ponía en ello……….. todo.
Joder, yo no quería verla con nadie, no te jode ,
follándosela ahí, delante de mí. Eso si que no.
Vaya semanita habíamos pasado de correos, de mal entendidos, de explicaciones
absurdas y de silencio. El silencio de los últimos días, mi silencio en el
mail, en el teléfono, silencio total un inquietante silencio.
Los correos entraban, los leía y juro por mis muertos que quería
escribirla, pero que se joda, que sufra, ………….. follando con otro delante mío,
no te jode.
Y no dudo de sus buenas intenciones pero si quería cambio de pareja, ya le
iba a dar yo cambio de pareja y por eso la llamé.
- Nos podemos ver ahora – le dije
- Cariño, por fin me dices algo. – me dijo su voz al teléfono –
La respuesta fué lógicamente que sí, sino que pintaba yo en el ascensor
ajustándome el nudo de la corbata, verdad.
Ya en el piso y delante de su puerta toqué el timbre y abrió con premura.
Allí estaba ella, guapa, como siempre, pero con una batita roja y
zapatillas de casa, porque casi no le di tiempo a prepararse y así la quería.
Pasé, avancé decidido sin dirigirme a ella y esquivando el abrazo y el
besazo que me quería propinar, dejándola de un aire.
Me fui directo al salón donde ella intentó de nuevo besarme y le dije, no,
hoy no, hoy no soy tu pareja.
Perplejidad, anunciaba su cara y preocupación sus ojos. Esos putos ojos que
me volvían loco y que cada día que estaba con ella intentaba traspasar para
mirar en su interior.
En el salón había un sillón al fondo y en perpendicular uno de dos plazas,
ambos dos de cuero negro.
- Siéntate allí – le dije indicando el sillón individual que quedaba bajo
una ventana que iluminaba la estancia.
Y ella entre lo sorprendida y resignada se fue derecha y se sentó cruzando
una de sus piernas debajo de su culo. Un culo que en verdad, se lo merecía
todo.
Me fui a su cuarto para desnudarme quedándome solo con mi blanca camisa de
corbata, desabrochada, y la corbata con el nudo medio suelto.
De la mesilla de su cuarto cogí mi juguete ( un fleshlight que le había
regalado pero que pocas veces habíamos usado) en una mano y mi iphone en la
otra.
- Pero cariño, qué pasa me susurraba desde el salón a media voz, mientras
yo volvía por el pasillo.
- No querías cambio de pareja? - Le dije - acentuando mi tono burlón al
tiempo que deshacía ya del todo el nudo de la corbata.
- Las manos. – le pedí – Y las manos me dio.
Con la suave corbata de seda, anudé una de sus manos y pasando ambas por detrás
de su cintura, cintura… joder…que cintura, moriría por esa cintura y ese talle,
le até las dos manos a la espalda. Ella no ofrecía resistencia. Me conocía
demasiado bien para tener miedo de mí. Aunque yo sabía que mi mirada, todavía
le infundía cierto respeto. La até y la abandoné allí sentada, no sin antes
abrir su bata para ver mejor su escote, aquellas dos perfectas piezas de
ingeniería genética maravillosamente diseñadas.
Me senté en el sillón dos plazas enfrentado al que ella ocupaba y iphone en
mano abrí el safari para teclear www.pornmd.com y busqué algo que ella pudiera oir pero no ver “screaming” (algo así como
"gritando").
Un despliegue de mini videos porno salió en la pantallita y ejecuté uno que
sabía que se “oiría bastante”.
Ella estaba incrédula mientras yo veía el video y empezaba a sentir como mi
miembro empezaba a elevarse y mojar el bóxer rojo que lo ocultaba.
- Que te parece mi nueva pareja? – le dije – mientras sonaban los grititos de
una chica de tetas enormes que era follada por un maromo hipermusculado en la
mini pantalla del iphone.
No dijo nada, sólo me miraba, pero ya más relajada entendiendo el alcance
de mi revancha.
Abrí el juguetito y comencé a lamer aquel coño de silicona (el fleshlight)
al que el lubricante le había dejado un sabor fresaceo. Lametazo tras lametazo,
mi lengua jugaba a ser una polla y mi boca succionaba el simulado clítoris. Mi
mano acariciaba mi polla, si, la de verdad, y mis ojos controlaban a la cautiva
de mi corbata. Esta, se iba retorciendo en el sillón de cuero emitiendo ese
sonido del cuero estrujado por un fenomenal culo de mujer.
Me deshice del bóxer destensado y mojado por un miembro que ya era notable
y peleaba por salir de su ocultamiento.
Ya con el fleshlight humedecido por la saliva, lo acerqué a mi mástil y con
él, lo acaricié, recorriendo su longitud entre los húmedos labios de silicona
que lo envolvían y engullían hasta introducirlo en toda su elongación. Ummm…….
estaba algo frio pero era suave y apretado..umm
Comenzaba mi juego, mi cabeza se echaba hacia atrás al sentir el placer y
mi cuerpo se tensaba y se musculaba por la excitación. Los ojos semicerrados
mientras crecía mi erección hasta que sentí, que algo se movía entre mis
piernas.
Abrí los ojos y allí estaba ella, de rodillas, mirando de cerca como
entraba y salía mi gruesa polla entre los labios de silicona carnesí.
Jooooo…….yo también quieroooo - me dijo con la cara de una niña
que nunca hubiera roto un plato.
…………………………….. continuará………………..
MENCATA
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