Capítulo 3.-
Mírame – me dijo - al tiempo que sacaba, no
se de donde, una especie de pulsera de cuerda con una bolitas de madera, pasó
por sus muñecas por detrás de la espalda simulando estar atado o sujeto con
unas esposas de cuerda y quedando solas mi polla y su cabeza.
fotografía: Perversa Mente. |
Cogí la copa de Martini que tenia a un lado y de un
trago la engullí, sintiendo como bajaba aquel coctel directo a mi estomago que
por aquellas hora estaba vacío y absorbía cualquier cosa a la velocidad del
rayo y el alcohol más.
Su cabeza se acercaba despacito a mi polla, me miraba
y sacaba su lengua que jugaba a hacer que me rozaba el capullo, pero no lo
tocaba. La visión era extrañamente excitante, una cara de hombre, una actitud
de sumisión y una sonrisa burlona que me incitaba pero no llegaba a tocarme por
milímetros. Mi miembro se cimbreaba con los pulsos sanguíneos enviados por un
corazón que estimulado por el alcohol se me quería salir del pecho. Sólo con
alguno de aquellos pulsos, por milisegundos, la cabeza de mi aparato rozaba por
error su controladora boca que seguía jugando al gato y al ratón.
Ya no podía más y fueron mis manos quien traicionó
la razón cogiendo su cabeza y sujetándola con fuerza haciendo posible que
mi polla por fin dirigiera su enfilada hasta su boca entrando en ella como un
ariete embrutecido.
Diossssssssssss……………. Entró hasta el final sin
resistencia, sin roce de dientes, sin oposición siquiera…………… diosssssssss…………
la sujeté allí ahogando e impidiendo su respiración por unos segundos…………
diossssssssss………… era como desvirgar una mujer……. no,…….. no,….. era mejor, era
romper algo en la cabeza, era superar la barrera del sonido era ….. alcanzar la
velocidad de la luz………..
Aflojé la presión sobre su cabeza y mis manos
la liberaron como si diese calambre. Y el comenzó su trabajo. Ya había
conseguido lo que quería, yo había dado el primer paso yo había abierto la
puerta.
Su boca empezó a chupar mi miembro como si un
helado de limón fuese. Recorría su extensión de abajo arriba y en la cima, su
lengua rodeaba la punta y lo envolvía haciéndolo entrar en su interior hasta el
fondo. Y una vez allí, lo mejor, una presión ejercida por su boca que oprimía y
la engullía desde la base, una absorción como queriendo vaciarla, sacar su
contenido, beber su néctar.
El marcaba el ritmo, lento, excitante, duro, ……….
duro, porque la felación era diferente a la delicadeza de una mujer. Era suave
y húmeda, pero dura de gesto, brusca en la entrada, masculina. No sabría
explicar el gesto, el tempo, había brusquedad en la penetración, brusquedad que
no parecía hacerle mella sino mas bien lo contrario, disfrutaba el y yo con los
devastadores empujes de mi polla en lo profundo de su garganta.
Yo volvía a coger su cabeza, volvía a recuperar el
control del ritmo, el me había demostrado que aquello, que la forma de follar
entre hombres era dura, que no había amor sino sexo, sexo duro sexo a golpe de
empujón, sexo admitido y consentido a lo bestia. Quería ser follado en su boca
como si lo estuviera violando, me lo demostraba, me lo sugería y aquello era
demasiado bueno para ser cierto y demasiado real , así que mis manos tomaron
con fuerza su cabeza y llevando el brutal ritmo iba alcanzando una tremenda
excitación. Cada entrada era acompañada con una exhalación brutal, un vaciado
de pulmones, un grito de tennis y acallaba su ahogamiento, hasta que mis
piernas me pidieron abrir espacio a mis pelotas, estas se recogían, se
arrugaban, se apretaban, se aproximaba la erupción, el orgasmo.
El sentía en su boca el sabor, el calor, el
preludio de la eyaculación y apretaba mas su lengua que envolvía mi polla. Los
movimientos se tornaron cortos y bruscos. Con entradas, parada y reentrada.
Y, y…. y …… diosssssss………. mi estomago se contrajo, mi güevos se
endurecieron, y el esperma apretado por la presión infinita de la lengua salía
a borbotones en su garganta que lo engullía entre asfixia y la cesión a mi
voluntad………. Joderrrrrrrrrrr………….
Al sentir Fran el cese de las convulsiones, retiró
la bomba de succión y cayó hacia atrás sentado sobre sus talones, desfallecido
y con la respiración agitada, tos, inhalación profunda de aire y cara de
pregunta - ¿Qué te ha parecido eh? - Y yó, ….. mi cuerpo erguido, la
cabeza hacia atrás, las respiración continua pero muy fuerte y agitada y una
cara de – ostiasssss no me lo puedo creer, que puta pasada……..-
- Quítame esto, dijo – dirigiendo su mirada a su
espalda y en alusión a las pulseras de cuerda que él se había puesto.
- Y sino quiero – le dije-………………
Continuará....
Autor: El Truhán.
Este capítulo ha estado mas intenso, has encendido la pasión al extremo, que pasará, parece que Juan ya le gustó y quiere seguir explorando mas este nueva experiencia que le da placer.
ResponderEliminarMuy buen capitulo este amiga Lu, espero la continuación