Capítulo 18.
Todo había pasado tan
deprisa que no sabía muy bien si llorar, gritar o que.Pero lo que no entendía
era la actitud de Kyril, bueno si la entendía... pero la situación es difícil.
Yo también había bajado la guardia no podía permitir eso. Tenia que pensar con
claridad y rápidamente.
Levante la cabeza
lentamente su beretta aun rozaba mi sien, estaba cansada realmente cansada el
día ya había desaparecido, debía intentar suavizar la situación o acabar
realmente con esta mierda, y que me mate, quería descansar esa noche o para
siempre.
Ya no podía mas, pero
saqué fuerzas, no se donde. Mis ojos buscaron los suyos. Cuando lo miré, no vi
en el, el hombre que yo conocía, en sus ojos habitaba un desconocido, eso era
peligroso.Intente que no percibiera
mi nerviosismo y mirando a los ojos le dije:
- Kyril, debemos acabar con esta situación. No se quien era el que te ha llamado. He oído voces, carcajadas. Sino quieres decirme lo que ha pasado, lo entenderé. Tal vez cuanto menos sepamos el uno del otro mejor. Creo imaginar algo, tu ropa manchada de sangre delata la situación vivida. Pero no me tengas así, o me matas o déjame ir. Así, podrás hacer tu vida y yo intentare marchar de este infierno.
El me miraba sin decir
palabra. Estaba ausente, pero si noté que en sus ojos ya no había sed de
sangre.Una idea algo absurda me
pasó por la mente, pero ante una situación así, una medida desesperada.Alcé la voz y con energía
le dije:
-Huye conmigo, abandona
este tu país, pero que ahora es un cementerio viviente.
Ven conmigo a mi país.
Siempre podrás volver cuando todo haya acabado, pero volver vivo, no morir aquí
por el.
El silencio se hizo entre
nosotros. El bajó el arma y como un títere se dejó caer al suelo acurrucando
sus piernas entre sus brazos.
Capítulo 19.
Agotado por la tensión, exhausto por la falta de sueño y
descanso, permanecí unos instantes en el suelo, recogido entre mis rodillas,
quería desaparecer, abrir los ojos y que nada de esto hubiese pasado. Imagine
que era el Kyril de antes de la guerra, el "matalobos" hijo de un
pastor de ovejas, imagine que el cielo era claro y los campos verdes y
soleados................
Pero una mano se posó sobre mi cuerpo, era ella, que decía;
Kyril, Kyril...........
Se había levantado de la cama y me tocaba la espalda, seguía
ahí y todo esto era real, era frío, era gris, era triste.................
levante mi cabeza y vi su cara, vi una mujer, vi compasión, vi dulzura, vi
..... vi.......... creí ver........... ............ y cogiendo su cabeza con mi
mano aun nerviosa pero firme acerque su cara a mi cara y la besé.
Su boca recibió mi beso sorpresa, mis labios apenas se
abrieron para envolver los suyos y fue ella quien sin gestos bruscos ni
sobresaltos, lentamente abrió su boca y correspondió a mi beso.
Apenas podía abrazarme con aquel único brazo útil que tenía
y lo utilizaba para mantener el equilibrio sobre el suelo, cerca de mí.
Me incorporé y la besé de nuevo, pero este beso era
diferente, era un beso arrollador, mi boca comía literalmente su cara y mis
brazos la cogían en volandas llevándola a la cama. Mi mano en su cara la recorría
la palpaba, la cogía, la apretaba, mi otro brazo y mi mano soltaban sus botones
de la camisa que aun cubría su cuerpo mientra a medida que avanzaba su desnudez
mi boca iba ganado el terreno descubierto y se la comía a besos y pequeños
mordiscos, mientras ella respiraba mas rápido y mas intensamente a medida que
mi boca se acercaba a su pecho.
Sus pechos se habían liberado, una piel clara y unos
oscuros pezones se dejaban ver después de mucho tiempo.............
No hubo descanso, mi boca los succionaba incesantemente,
de uno a otro, mi lengua describía círculos sobre sus aureolas mientras estaban
en mi boca, mientras podía sentir su dureza su tensión y excitación que
aumentaba la mía y me hacia enloquecer............
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