31 enero 2013

Ella o Él - Cap. 4



Capítulo 4
 - Aquellas palabras “Y si no quiero”, le cambiaron el gesto de la cara, estaba entre sorprendido y asustado, quizás mi acelerado ritmo de respiración y el efecto de los martinis transmitía una personalidad mas agresiva de lo habitual en mí.
Le ayudé a levantarse del suelo pero sin soltar las corduras que inmovilizaban sus manos.
Mientras llenaba de nuevo las copas para los dos directamente con el Martini seco, sin mezclas, a palo seco, pude comprobar su excitación ya que era evidente su erección y la mojadura del pantalón que llevaba y todavía le cubría.
Le puse su copa en los labios y le hice beber, el obedeció sin rechistar, de un trago bebió todo el aromático Martini seco.
Yo tomé después el mío mientras veía el bulto de su pantalón y cedía a la curiosidad de ver su polla y su estado. Llevaba un pantalón de estar en casa, era algo flojo parecido a un pijama. Sujeto sólo por la goma de la cintura que no parecía hacer demasiada presión ya que la tensión de su verga llegaba a separar la cintura del pantalón de su pubis, dejado entrever un vientre plano y algo peludo.
Fran estaba musculado el cabrón, estos maricones siempre tan preocupados por el físico – pensé para mis adentros- , pero qué coño estaba pensando yo ¿maricones?, si hace tan solo un minuto tenia mi polla en lo mas profundo de su garganta y creo que nunca había sentido algo así….. quién era el “maricón” entonces….¿?
Aquello me dio un vuelvo al estómago y en un ataque de rabia, confusión y curiosidad, bajé de golpe el pantalón de Fran dejando su polla al aire. Dios, vaya juguetito, una polla dura, con una curva cóncava perfecta, bien afeitada, el pelo del abdomen sólo llegaba hasta el pubis, el aparato y sus “complementos” estaban rasurados y perfectos. No demasiado larga pero en apariencia gruesa y dura, dura como el mástil de una goleta.
El separó las piernas deshaciéndose del pantalón caído a sus pies. Sólo la camisa cubría su torso que desabroché, comprobando lo que ya intuía, estaba “cachas el cabrón”. Pelo negro en el pecho, pero sin parecer un oso, vientre plano y la insinuación de unos brazos fuertes, aun cubiertos por la camisa. Camisa que eché hacia atrás y que quedó enredada en sus brazos atados a la espalda.
No sé, no sentía especial atracción por aquella visión, era otra cosa, morbo? Curiosidad? Rabia? ……… no sé era confuso, pero recuerdo que mi mano fue a su polla y agarrándola por la base y cimbreándola un poco le dije mirándola a ella y no a sus ojos……..
- tu también quieres jugar ehh?
Me arrodillé delante de él y ví como su polla se acercaba a mi boca, dura, rosada, húmeda y cogiéndola por la base……………………………………..
No pude ostiasssss....., no pude……………me eché hacia atrás, no pude, en mi cabeza, todavía la parte racional bloqueaba mis pasiones ocultas o reprimidas, no pude…………..
Me levanté, azorado, sofocado, avergonzado, frustrado…………. pero no pude……..
Fran sonrío y me dijo,- es normal al principio -, - acompáñame a  mi habitación – me dijo de nuevo –
Le seguía por el pasillo como un corderito.
Yo ya estaba desnudo de cintura para abajo y el calor y el sofoco me hizo abrir mi camisa mientras practicaba el “follow me” guiado por Fran.

Llegamos a la habitación y sin decir nada Fran se subió a la cama y situándose en el borde, echó su pecho sobre esta quedando su culo en pompa y sus pelotas y la polla entre sus piernas colgando y ofreciéndome una visión en vivo y en directo inédita para mí.
No decía nada.
Me acerqué, y a medida que me acercaba mi polla reaccionaba y volvía a recuperar la turgencia perdida por la corrida anterior.
Tenía allí algo mas parecido a lo que ella estaba acostumbrada. La visión de un culo aunque con "algo más".
Mi mano se fue de nuevo a su polla que ahora colgaba libre y me parecía enorme pero menos “peligrosa”, menos amenazante. La cogí de nuevo y la comencé a masturbar como me masturbaba yo.
Sentía sus bombeos, su dureza y cómo Fran reaccionaba a mi masaje y me pedía – sigue así sigue, por favor no pares, sigueee –
- Utiliza un poco de gel que encontrarás en la mesilla – me dijo -
Y efectivamente, en la mesilla encontré un gel transparente. Me puse un poco en la mano y seguí masturbándole. El gel daba un efecto de calor que pronunciaba los sentidos y por la forma de contonearse y mover su en pompado culo, yo diría que no lo estaba haciendo tan mal.
Aquello hacia que se excitará mas y respondía a las ordeñadas de su polla.
- Más gel, pero no pares - me increpó –
¿Cómo le ponía mas gel con una mano? Era difícil, cogí el bote de gel y con mi mano libre vertí una cantidad generosa por su culo, escurriendo el sobrante por sus pelotas y recogida por mi mano que sin parar seguía ordeñando la polla ya a un ritmo frenético.
Aquel agujero brillante por el gel pedía a gritos ser “vulnerado”, se abría ligeramente y mi mano libre empezó a juguetear con pequeñas penetraciones de sus dedos en aquel angosto lugar.
Ese movimiento estratégico le hizo estremecer y comenzó a acompañar mis movimientos con su culo de una forma impetuosa. Subía su cadera y golpeaba con fiereza contra mi mano que introducía cada vez sus dedos mas en su culo.
Comenzó a correrse, su polla palpitaba en mi mano que la golpeaba bruscamente. Su exagerada exhalación lo ahogaba  contra la cama. Los movimientos de pelvis arrojándose contra mi mano y  su semen que salía a borbotones,  a chorros sobre la cama, produjeron en mí una  innombrable excitación. Tal, que saqué los dedos de su culo y los sustituí por mi polla ya recuperada y pidiendo entrar en algún sitio que cubriera sus ansias.
La apoyé en aquél orificio, no demasiado diferente a los de las féminas………. diossss……. Un entorno conocido por fín.
Entró despacio, poco a poco, no quería arruinar el brutal orgasmo de Fran con un golpe de ariete que por otro lado era lo que me pedía el cuerpo.
- Fóllame duro joderrrr – me dijo Fran como desesperado……….. – no podía creerlo –
Pero de un golpe de cadera metí lo que restaba de mi polla en aquel “prieto azabache”. Con  fuerza sujeté su culo  y comenzó mi asalto final al culo de mi amigo. Asalto brutal.
El sexo con Fran era duro y sin contemplaciones. Si con su boca ya fue diferente, con su culo era como una pelea, yo por reventarle el culo y el por romperme la polla.
Los huesos de su coxis se clavaban en mi pelvis cada vez que se encontraban nuestro inversos empujes. Su esfínter estrangulaba mi polla tanto que Fran sugirió mas gel y así lo hice, mas gel y vuelta a la carga.
Para mí era el segundo y los dos en  pie, el agotamiento comenzaba a hacer mella en mí, pero como un toro que en sus estertores de muerte saca fuerzas de flaqueza embestí con fiereza y mezclando nuestro sudor de espalda y pecho, vacié en él lo poco que me quedaba de eyacular ya por segunda vez.
Parece hoy lógico pensar que el dolor de brazos y las agujetas que sentía hoy, estaban motivados  más por la corrida en la “monumental” más  que por la coartada imaginada por mi tradicional conciencia con Marta.
Ineludiblemente llegaba la noche y con ella el turno de guardia.
Yo deambulaba cauteloso por el pasillo de la quinta planta donde estaba la sala de descanso buscando refugio. Trataba de evitar encontrar a Fran y tener que asumir lo sucedido cuando se abrió una puerta lateral y sobresaltado me topé con el susodicho, que sonriendo y en tono burlón, me dijo….
- Hola Juan, no te he visto en todo el día?
     ¿Aclaraste ya el enojo de Marta?................
      Bueno, no importa,………….. en cualquier caso………… nos vemos luego ¿no?, hoy me toca a mí………..

Me sentí palidecer y creo qué ......................... se me fue “la color”……………

Fin

Autor: Truhán

24 enero 2013

Ella o Él - Cap. 3



Capítulo 3.-
Mírame – me dijo  - al tiempo que sacaba, no se de donde, una especie de pulsera de cuerda con una bolitas de madera, pasó por sus muñecas por detrás de la espalda simulando estar atado o sujeto con unas esposas de cuerda y quedando solas mi polla y su cabeza.
fotografía: Perversa Mente.

Cogí la copa de Martini que tenia a un lado y de un trago la engullí, sintiendo como bajaba aquel coctel directo a mi estomago que por aquellas hora estaba vacío y absorbía cualquier cosa a la velocidad del rayo y el alcohol más.
Su cabeza se acercaba despacito a mi polla, me miraba y sacaba su lengua que jugaba a hacer que me rozaba el capullo, pero no lo tocaba. La visión era extrañamente excitante, una cara de hombre, una actitud de sumisión y una sonrisa burlona que me incitaba pero no llegaba a tocarme por milímetros. Mi miembro se cimbreaba con los pulsos sanguíneos enviados por un corazón que estimulado por el alcohol se me quería salir del pecho. Sólo con alguno de aquellos pulsos, por milisegundos, la cabeza de mi aparato rozaba por error su controladora boca que seguía jugando al gato y al ratón.
Ya no podía más y fueron mis manos quien traicionó la razón  cogiendo su cabeza y sujetándola con fuerza haciendo posible que mi polla por fin dirigiera su enfilada hasta su boca entrando en ella como un ariete embrutecido.
Diossssssssssss……………. Entró hasta el final sin resistencia, sin roce de dientes, sin oposición siquiera…………… diosssssssss………… la sujeté allí ahogando e impidiendo su respiración por unos segundos………… diossssssssss………… era como desvirgar una mujer……. no,…….. no,….. era mejor, era romper algo en la cabeza, era superar la barrera del sonido era ….. alcanzar la velocidad de la luz………..
 Aflojé la presión sobre su cabeza y mis manos la liberaron como  si diese calambre. Y el comenzó su trabajo. Ya había conseguido lo que quería, yo había dado el primer paso yo había abierto la puerta.
Su boca empezó a chupar mi miembro como si un helado de limón fuese. Recorría su extensión de abajo arriba y en la cima, su lengua rodeaba la punta y lo envolvía haciéndolo entrar en su interior hasta el fondo. Y una vez allí, lo mejor, una presión ejercida por su boca que oprimía y la engullía desde la base, una absorción como queriendo vaciarla, sacar su contenido, beber su néctar.
El marcaba el ritmo, lento, excitante, duro, ………. duro, porque la felación era diferente a la delicadeza de una mujer. Era suave y húmeda, pero dura de gesto, brusca en la entrada, masculina. No sabría explicar el gesto, el tempo, había brusquedad en la penetración, brusquedad que no parecía hacerle mella sino mas bien lo contrario, disfrutaba el y yo con los devastadores empujes de mi polla en lo profundo de su garganta.
Yo volvía a coger su cabeza, volvía a recuperar el control del ritmo, el me había demostrado que aquello, que la forma de follar entre hombres era dura, que no había amor sino sexo, sexo duro sexo a golpe de empujón, sexo admitido y consentido a lo bestia. Quería ser follado en su boca como si lo estuviera violando, me lo demostraba, me lo sugería y aquello era demasiado bueno para ser cierto y demasiado real , así que mis manos tomaron con fuerza su cabeza y llevando el brutal ritmo iba alcanzando una tremenda excitación. Cada entrada era acompañada con una exhalación brutal, un vaciado de pulmones, un grito de tennis y acallaba su ahogamiento, hasta que mis piernas me pidieron abrir espacio a mis pelotas, estas se recogían, se arrugaban, se apretaban, se aproximaba la erupción, el orgasmo.
El sentía en su boca el sabor, el calor, el preludio de la eyaculación y apretaba mas su lengua que envolvía mi polla. Los movimientos se tornaron cortos y bruscos. Con entradas, parada y reentrada. Y,   y…. y …… diosssssss………. mi estomago se contrajo, mi güevos se endurecieron, y el esperma apretado por la presión infinita de la lengua salía a borbotones en su garganta que lo engullía entre asfixia y la cesión a mi voluntad………. Joderrrrrrrrrrr………….
Al sentir Fran el cese de las convulsiones, retiró la bomba de succión y cayó hacia atrás sentado sobre sus talones, desfallecido y con la respiración agitada, tos, inhalación profunda de aire y cara de pregunta - ¿Qué te ha parecido eh? -  Y yó, ….. mi cuerpo erguido, la cabeza hacia atrás, las respiración continua pero muy fuerte y agitada y una cara de – ostiasssss no me lo puedo creer, que puta pasada……..-
- Quítame esto, dijo – dirigiendo su mirada a su espalda y en alusión a las pulseras de cuerda que él se había puesto.
- Y sino quiero – le dije-………………

Continuará....

Autor: El Truhán.

17 enero 2013

Ella o Él - Cap. 2



Capítulo 2

¿ Que donde me metí ? Pero bueno que pregunta era esa, si estuve con ella toda la noche………. – insistía mi cabeza –

Pero ella me seguía recriminando su espera y yo entre el dolor de cabeza y la confusión, zanje la conversación con un

- Luego lo hablamos Marta, tengo me mirar el panel de guardias y luego quirófano. Luego hablamos vale!!

Y salí del pasillo y de la conversación a la que asistía mi compañero Fran con cierta sonrisa socarrona.

Llegado a la altura del panel donde estaban los listados de las guardias, me centré en mi especialidad y ayudado de mi dedo índice recorría hacia abajo el listado hasta encontrar mi nombre. Tal era el dolor de cabeza que era casi incapaz de seguir el listado con la sola ayuda me mi vista y mis ojos.

Allí estaba mi nombre, seguido de la fecha de la guardia nocturna y que puta casualidad, hoy, hoy guardia……….. joder con el sueño que arrastro.

Creo que me quedé un ratito como los tontos delante del listado viendo el resto de compañeros de guardia  de mi especialidad para intentar cambiar la guardia y nada, con el que mas confianza podía tener un día casi nos enganchamos y nos liamos a tortas así que como para pedir favores y el resto desconocidos. Joder………. que mala suerte.

- Tu también guardia? – me dijo una voz desde mi espalda.

Era la voz de Fran, sonriente y con cara de alegrarse por verme en aquel trance.

- Si y tu?

- Si yo también, me toca de internista esta noche. No pongas esa cara hombre, ya nos tomaremos algo si la noche no es muy complicada y comentamos lo de antes. Porque………. Realmente no te acuerdas de lo de anoche?

A que coño venia tanto interés por “anoche”, pensé y sin responder a su pregunta directamente le dije……….. -  nos vemos luego -.

El día avanzaba y mi cabeza entre pensamiento y pensamiento de trabajo volvía a la noche anterior e iba abriendo espacios que arrojaban luz a la incógnita planteada por mis compañeros Marta y Fran.

A medida que se clarificaban mis ideas, recordé el beso de Fran en el hospital y recordé la fuerte sensación que me produjo. Y tal fue así, que recordaba como después, esa misma tarde le busqué por todo el hospital para pedirle una explicación o para cerciorarme de que su presencia no despertaba en mí sentimientos o sensaciones desconocidas hasta ahora.  Pero creo recordar que no di con el.

Recordaba perfectamente ahora la frustración de la duda y el incesante repiqueteo en mi cabeza de la misma frase…….. “¿te ha gustado Juan, te ha gustado…..?”. Recordaba la angustia, la incertidumbre, recordaba el desmoronamiento de esquemas y valores grabados desde la infancia. Recordaba que tenía que hablar de ello y recordé salir de estampida del hospital y acercarme hasta la casa de Fran para aclarar el asunto que me carcomía por dentro.

Las 20:00 horas de la tarde de ayer, en la puerta del portal del edificio de apartamentos donde vive Fran y con el dedo a punto de apretar el botón del teleportero.

Ringggggggggggg ringggggggggggggggg ringgggggggggggggggggggg

- Siii, quien es……..

- Fran que soy Juan, estas solo?

- Si claro, que sorpresa. ¿Quieres subir?

- Si no te importa – respondí dubitativo –

- Anda sube. Y se abrió el portal.

El trayecto de ascensor lo recuerdo largo, angosto, asfixiante, pero ya no por el espacio sino por el nudo en el cuello por enfrentar la situación de no saber que decir, de no saber cómo reaccionar, de no saber………..

La puerta del domicilio estaba abierta y pasé al interior cerrando la puerta.

- Estoy en la cocina, pasa Juan – oí desde el final del pasillo -. Y hacia allí fui.

- Hola Fran, perdona por presentarme así sin avisar pero es que…….

- Calla y dime que quieres tomar – me cortó en seco –

- No se, no me vendría mal algo con grados…….. no tendrás Martini seco?.

- Si, a mi también me gusta. Es más preparo una mezcla de bianco y seco, con un toque especial que te va a gustar…………. Te preparo uno?

-  Creo que me vendrá bien,  si……..  yyyy respecto a lo de antes ……………

- Ah eso, ya…… mira Juan, lo siento fue un impulso, una respuesta a tu comentario y siento que te haya sorprendido tanto, pensaba que sabias que yo “entendía”……… y sólo has venido por eso? – comentaba  Fran mientras preparaba el Martini y que daba a probar……

- Pues si, que quieres que te diga me sorprendió, me sorprendió tanto que por un momento…

- Sentiste algo no? Por un momento sentiste algo – me cortó de nuevo –

- No no es así exactamente – y suspendí la conversación para beber un poco del Martini mezclado -……. coño, esta bueno el brebaje este …………  pero te insisto que no es ……………

- Oye que no soy gilipollas ehhhh, soy gay no gilipollas y lo que sentiste lo sé de sobra, eso se nota. Y no es amor, ya lo sé…………… es curiosidad, es morbo, es probar, es dudar, es………. vaya…. te has acabado el Martini……….. ¿te pongo otro?.

- Ostias, no debería pero no te voy a decir que no, estoy confuso joder……..

- Bienvenido al clan, al clan de los confusos, de los extraviados, de los perdidos o………… de los bien hallados……….. depende…………. – me decía mientras me ofrecía el segundo  trago –

- ¿ Y cómo se sabe si ……………… si te gusta?

- Ciencia

- ¿Ciencia?

- Si ciencia empírica, …….p r o b a n d o   capullo…………

- No me jodas pero cómo voy a ……………… - y en eso su mano se posó sobre mi paquete y apretó firme mi polla que aunque sorprendida no salió de estampida ni rechazando el gesto –


Su otra mano me tomó de la nuca y su boca se fue directa a la mía. Su lengua forzó mis labios y sentí casi como me violaba una lengua que inundaba mi boca y recorría su cavidad buscando jugar con la mía.



No era muy distinto a la lengua de una mujer, o mejor sí, mas bruta mas directa mas ……… joder más lengua que nunca…….. pero no estaba mal. Sólo que la respiración era de hombre y los gestos también, mas brutos y duros pero ………… no lo puedo negar mas excitantes, sin ambages, directos al grano………


Quizás el conocimiento del comportamiento masculino, lo bruto lo directo la fuerza la tensión, no se que cojones era pero me estaba poniendo la polla a cien.

Su mano seguía sobre mi polla mientras su lengua seguía su juego.

Yo apenas había dejado como pude la copa sobre el mostrador de la cocina y me sujetaba al mismo con mis manos agarradas al mostrador pero sin tocarle, no sé, no me salía cogerle ni tocarle, podía dejarme tocar pero yo a el no, no me salía ……………

Ya separada su cara de mi cara, Fran se agachó delante de mí con intenciones de soltarme el pantalón.

- Ostias Fran, no joder, no ………. no creo que debamos………

- Calla- me increpó – y recuerda, ciencia, ciencia empírica.

No se si era ciencia pero habilidad para dejarme con el pantalón y el bóxer bajado y la polla apuntando al cielo, no le faltó………..

- Juan, esto, la primera vez que te la come un hombre…………….. sólo pasa una vez en la vida. No pierdas detalle, no lo dejes pasar, siéntelo.

Continuará…….



Autor: Truhán

10 enero 2013

Ella o Él - Cap.1







Capítulo 1.

Después de cuatro horas de quirófano, estaba reventado y el turno se me estaba haciendo eterno. Marta ya hacía rato que había terminado su ronda en la planta de pediatría. Hacía unos meses que mantenía una relación con ella y de vez en cuando nos escapábamos por los rincones del hospital para follar como locos. Cosa que me encantaba.

Precisamente estaba recordando la última vez que lo hicimos cuando entró Fran en la sala:

Fue una operación complicada dijo Fran, mientras se servía una taza de café.
Fran llegó al hospital hacía unos meses. Era un joven algo reservado, pero un gran profesional y un buen amigo.

Sí, bastante, por suerte todo salió bienle contesté sin pensar demasiado en mi respuesta.

¿En qué andarás pensando? me dijo Fran con tono sarcástico y acompañando sus palabras con unas risitas.

Ya sabes en que estoy pensado… en las increíbles curvas de Martacontesté con la vista perdida.

¿Y tú que tal andas de ligues?. Últimamente no me cuentas nada de tus conquistas o será que por fin sentaste la cabeza pregunté a Fran intentando cambiar de tema.

Fran se sentó muy cerca de mí y me miró fijamente mientras respondía a mi interrogatorio:

No hay ninguna nueva conquista. Estoy enamorado de alguien con quien no puedo estar y no soy capaz de pensar en nadie más. Su tono tan serio me dejó sin palabras. Era cierto que siempre había sido muy reservado con los temas de faldas pero en ésta ocasión me picó la curiosidad por saber de aquella mujer que le había robado el corazón.

Vaya, no tenía ni idea. Nunca sueles hablar de esos temas. ¿Puedo preguntarte quién es ella, por qué es un amor imposible? la verdad era que su silencio me hizo pensar en mil opciones, sin esperar su respuesta, quizás se tratase de una mujer casada. Estaba muy intrigado.

No le des más vueltas, es un amor no correspondido y además tiene pareja. No hay nada que hacer.

¡Ni siquiera lo has intentado!. Eso no es propio de tíle dije a Fran, casi indignado. Al menos deberías intentarlo. Decirle lo que sientes. No puedes saber como va a reaccionar. Si yo fuera tú iría a buscarla me plantaría delante y la besaría sin pensar en las consecuencias.

Dos segundos después, tenía los labios de Fran pegados a los míos y su lengua ahondando en el interior de mi boca. No fui capaz de reaccionar.  Quería apartarlo, pero mi cuerpo se quedó inmóvil.

Perdona, si te he molestadodijo Fran tras despegarse de mí No he hecho mas que lo que me aconsejaste. No tienes que decir nada: Sé que estás muy bien con Marta y que no te atraen los hombres y mucho menos, yo. Pero tenías razón, merecía la pena intentarlo.

Le había dejado besarme y no sabía si aquello me había gustado, aunque el bulto que escondía mi pantalón decía todo lo contrario.

Fran abandonó la sala y yo me quedé solo, con mi erección y mil pensamientos rondándome por la cabeza.

¡No, no, noooo!. ¡Es imposible! Mi cuerpo me había jugado una mala pasada, no había podido reaccionar porque me pilló desprevenido y la erección fue, fue, un acto reflejo. Fran no me podía excitar, ni un simple beso, y mucho menos viniendo de un hombre. ¡No,  simplemente no! me repetía una y otra vez.

Lo mejor para olvidar aquel incidente eran unas cervezas y una buena sesión de sexo con Marta, que por cierto, estaba esperándome. Me  pasearía por su cálida piel para sentir sus senos en mi boca, perderme entre sus piernas comiéndola sin dejar de sacar mis dedos de su sexo, mientras la escucho excitarse más y más, para después penetrarla sin cesar.

Me fui al bar que hay cerca de casa y pedí mi primera cerveza. Tras una hora, sentado en aquel garito, mi cabeza no dejaba de darle vueltas a lo sucedido con Fran pero yo tenía muy clara mi inclinación sexual y que estaba loco por Marta. Decidí tomarme otra cerveza más y salir de allí derecho a las faldas de mi enfermerita.

Salí del bar y comencé a andarno quise coger el coche, no estaba muy seguro de cuantas cervezas me había tomado. El camino se me estaba haciendo más largo de lo normal, parecía que nunca iba a llegar, así que apresuré mis pasos dando zancadas más largas y medio ahogado por fin… llegué.

Toqué a la puerta y me recibió con una sonrisa. No hicieron falta palabras. Fue mirarnos y mi polla creció poniéndose dura. La clara evidencia abultada en mi pantalón. Todo sucedió muy rápido, un deseo incontrolable se apoderó de mí. Me lancé a sus brazos y correteamos por el pasillo. Nos quitamos la ropa y me cogió el paquete masajeándolo con sus manos, consiguiendo de mí una gran excitación. Sin dejar de besarnos y acariciarnos llegamos hasta la cama. Nos tiramos en ella y nos tocamos, con ansias infinitas, con largos paseos por nuestros cuerpos. Nos comimos mutuamente, su boca no dejaba de comer de mi miembro. Estaba como loco, la pasión me cegada, sentía un deseo incontrolado y la lujuria se apoderó de mí. Penetré con fuerza, sintiendo unas intensas contracciones. Tal fue el placer que me estaba produciendo la penetración que no pude contener el estallido de mi orgasmo y mi semen salió disparado, al compás de los gemidos y gritos producidos por el placer que ambos acabábamos de sentir.

Al día siguiente mi cabeza me iba a estallar. Tenía agujetas por todo el cuerponi recuerdo como llegué al hospital. Iba a pasar consulta muy temprano y era incapaz de recordar nada de la noche anteriorevidentemente, debí beber más de lo que pensaba. Solo quería tomarme un café bien cargado, un par de aspirinas y esperar que la mañana pasara lo antes posible.

De camino al despacho me crucé con Fran, solo nos miramos, no nos dirigimos ni una sola palabra. Entonces fue cuando Marta me asaltó en el pasillo y comenzó a gritarme muy furiosa. No podía entender lo que decía, tenía a Fran como espectador al otro lado del pasillo y a Marta avasallándome a preguntas. En ese momento mi cabeza volvió a funcionarsus palabras pusieron en movimiento el mecanismo de mi mente y una pregunta fue la que se encargó de recordármelo todo:

¿Dónde diablos te metiste ayer?... me pasé toda la noche esperándote.

Continuará............

Autora: La Dama de las Tentaciones.